Jabal Al-Fil (جبل الفيل)

Jordi de Niro
4 min readFeb 26, 2025

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Cae la noche en Al-Jadidah (الجديدة), la ciudad nueva del término municipal de Al-Ula (العلا‎), en la provincia de Medina (مدينة), al noroeste del Reino de Arabia Saudí. Su nombre se puede traducir como la nueva, pues jadid (جديد) significa nuevo y la terminación ah indica que es una palabra femenina. En árabe la mayoría de las palabras masculinas y femeninas se escriben igual, así que para diferenciarlas, se suele añadir el carácter ة, conocido como taa’ marbuta y que las identifica como tal.

Para que el lector se haga una idea: el ancho de Al-Jadidah es de apenas tres carreteras que la vertebran: la 375, que se desdobla a derecha e izquierda, y otra en el medio, llamada Al-Rabwa (الربوة, el barrio de la colina). Su largo no excede las 12 calles, todas exquisitamente cuidadas. Estas dimensiones tienen una justificación muy clara: a un lado, imponentes rocas con millones de años de historia y bañadas en arena rojiza del desierto; al otro, el oasis de Al-Ula, que contiene más de 700 granjas y 2 millones de palmeras datileras; arriba y abajo, una carretera casi recta que va de asentamiento en asentamiento, conformando la ciudad de Al-Ula. Si uno pasea por el oasis, el panorama de dátiles reventados y postrados en el suelo es interesante.

El municipio de Al-Ula se extiende a lo largo de la mencionada carretera 375. Se divide, entre otros, en los sub-pueblos de Alola (العلا), Al-Sukhayrat (الصخيرات), Al-Jadidah y SAQ (سق, aún no sé muy bien lo que es este último, hay construcciones y pequeñas fábricas pero no está claro). Hablo de sub-pueblos porque no pueden considerarse ni barrios. Son divisiones independientes que se extienden a cada lado de la carretera, siendo Alola la más grande, y donde me alojo.

Al-Ula termina en Winter Park, un mastodóntico parque donde uno puede tomar el desvío hacia la carretera 70 en dirección a Hail, ciudad histórica entre la sierra de Shammar y la pequeña sierra de Salma. Desde este parque también salen todas las expediciones a Madain-Saleh (مدائن صالح, ciudades de Saleh), conocida como Hegra (الحِجر) en el momento de su fundación por los nabateos. Durante este periodo, fue la segunda ciudad más importante del reino tras Petra. Otro día os hablaré de ella, que hay mucha tela que cortar.

Me he tomado un preparado de café con jengibre en Coffee Joe Al-Ula (كوفي جو العلا). No tenían máquina, y se trata de un compuesto en polvo que se disuelve. Estaba bueno, sin más. El sitio dispone de una amplia terraza con luces de verbena y cómodos sofás. A lo lejos, se divisa el infinito universo de palmeras que nos rodean.

Espero mi Careem (el Uber de aquí) en la desviación derecha de la 375. La carretera tiene dos sentidos y unas jardineras que los separan, una carretera de pueblo de toda la vida. Mi capitán, así llaman al conductor en la aplicación de taxis de origen emiratí, llega sobre las siete de la tarde. Ya ha anochecido y empieza a hacer algo de fresquete, pero vamos a ello. Destino: Jabal Al-Fil (جبل الفيل), una roca que parece un elefante.

El conductor de Careem me deja en el parking de Jabal Al-Fil, donde se entra por una pasarela de madera (como las de la playa). Es de noche y solo se ven las estructuras rocosas iluminadas y un par de antorchas. Están de espaldas a mí y emprendo mi camino hacia ellas. Pese a la oscuridad, la estética del sitio es completamente marciana y propia de un set de Tatooine. No hay mucha gente, tan solo algunos grupos de personas y parejas. Por toda la arena hay como una especie de sofás circulares, excavados bajo tierra iluminadas por pequeñas luces (estilo Zara Home) de tonos rojizos. También hay otras estructuras en forma de columpio y a diferentes distancias de las rocas, siempre bordeando el perímetro de la zona.

Y ahí está, imponente y frente a mí: Jabal Al-Fil. Jabal (جبل) en árabe significa montaña, mientras que Al-Fil (الفيل), se traduce a el elelefante. Por tanto, me encuentro ante la montaña del elefante. A propósito, Al-Fil es el nombre de una sura (capítulo) mecana (por La Meca, referidas a aquellas suras reveladas antes de la emigración de Mahoma a la ciudad de Medina) que se encuentra en la trigésima parte del Corán.

Jabal Al-Fil es la consecuencia de millones de años de historia. Su nombre es obvio, se parece a un elefante. Ya está, no tiene más misterio. Tiene una altura máxima de 36 metros y nos recuerda a un elefante con su trompa tocando el suelo. Con su imponente dimensión, es fácil crear un reclamo turístico alrededor. Y así lo han hecho, pero claro, del turismo de aquí, uno no masificado y desconocido por muchos. De momento. Hay un local de hamburguesas, muy chic, gentrificado, y una cadena de zumos y cafés. Precios de España, más o menos.

Termino este escrito con un consejo, que puede parecer obvio pero ahí va: aunque no sea nuestro invierno, en el desierto por la noche hace frío. Bastante frío. Que no os engañen los 25 grados al sol del mediodía, la oscuridad vencerá a la luz y la rasca se postrará sobre la inmensidad de este desierto, por donde Lawrence de Arabia transitó una vez hace muchos años.

Buenas noches.

La montaña del elefante, Al-Ula

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